miércoles, 20 de octubre de 2010

El Taga


Taga 2035 mts.



La región de Taga-Puig Estela constituye un macizo que se eleva hasta algo más de los 2.000 metros, entre los valles del Ter y del Freser, a los que sirve de divisoria de aguas. Estos dos valles forman las arterias maestras de la región y confluyen en Ripoll.

El Taga es la cumbre más elevada de la Serra de Conivella y de toda la región. Es además eje de un importante cambio de dirección orográfica, puesto que desde la cumbre del Taga, la cordillera toma dirección W-E, sensiblemente ortogonal a las Sierras de Sant Aman y Vidabona. Su esbelta cumbre y su posición avanzada sobre los valles del Ter y del Freser hace que domine un extenso territorio de valles, pero sobre todo ofrece una magnífica panorámica sobre las altas cumbres fronterizas desde el Puigmal al Canigó.

La Portella d'Ogassa separa el Taga del largo cordal de Serra Cavallera que se prolonga en más de 8 kilometrosal Este hasta Camprodón y está constituido por dos macizos: Puig Estela, 2.007 metros y Puig del Pla de les Pasteres con 1.893 metros, separados por la depresión de Coll del Pal.


Un día nublado y muy frío, 4 grados la temperatura máxima. La pista que teníamos previsto hacer en coche y que nos dejaría en el inicio del camino de aproximación a la cumbre estaba totalmente helada, y si bien llevábamos cadenas y una pala, no nos arriesgamos y decidimos caminar. Después de un par de kilómetros y 1 hora, aproximadamente, llegamos al principio del camino. Lo duro empezaba ahora, nieve, niebla y frío.

Curiosamente los últimos metros de pista estaban bastante despejados de nieve y hielo así como los primeros metros del camino, sin duda su orientación WSW y quizás una menor densidad de vegetación han favorecido la labor del sol, pese a estar a una altitud de entre 1.200 y 1.300 metros.

Sera en este momento cuando hacemos una pequeña parada para ajustar el equipo y poner a mano el material que más tarde necesitaremos.

Aunque hacía frío el esfuerzo se subir un buen tramo con cierto desnivel nos hizo entrar en calor y la ropa térmica cumplió eficazmente su cometido.

Después de esta tregua y rebasando la cota de 1.600 metros la nieve se adueña del paisaje y la temperatura se acerca los cero grados, hasta alcanzar este punto caminamos sobre nieve, hielo y barro, en función de lo expuesta a sol que esta la zona que el camino traza a través de un frondoso bosque de pinos.

Al llegar a los 1.800 metros de altitud hemos de decidirnos por donde subir. Solo nos quedan 650 metros para la cima, esto es si elegimos la ruta directa por la cara Sur es más duro el ascenso sobre todo los últimos 300, pero no ahorramos los 500 metros que hay que añadir hasta llegar a la cima si lo hacemos por el lado Este.

La nieve está muy dura y el avance es cómodo, aunque lento, los crampones permiten progresar con facilidad aunque de cuando en cuando debajo de la nieve dura se esconden placas de hielo que provocan algún que otro resbalón que se solventa con el apoyo de los bastones o el piolet sin mayores consecuencias.

El viento hace que la sensación térmica sea de 4 grados bajo cero, Víctor siente mucho frio en las manos, pese a llevar debajo de los guantes de forro polar otros de seda. El frio intenso hizo que la cámara de video dejase de funcionar avisando con un mensaje de “que el rango de temperatura de trabajo del disco duro había sido superado”.

Las nubes bajas complicaron el descenso y una densa niebla hizo que echáramos mano del GPS en algún punto de la ruta para evitar errores en el camino de regreso. En ocasiones la visibilidad era tan escasa que no se distinguía el cielo de la tierra.


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