domingo, 17 de octubre de 2010

Fotografiar sin molestar



Retratos de paisajes, polluelos, flores, amaneceres, etc. constituyen el sueño de cualquier amante de la fotografía. Si te consideras uno de ellos, recuerda que eres un intruso en ese mundo que admiras y cuyas imágenes deseas llevarte como recuerdo. Debes respetar, por tanto, los seres vivos y su ecosistema, y esto implica conocer y entender los aspectos técnicos de la fotografía y saber adaptarlos de modo que afecten en la menor medida a la naturaleza.

Parques naturales, fotos en silencio
La conducción por estas zonas debe ceñirse más estrictamente, si cabe, a las normas de circulación. Al ver un vehículo parado desde donde se están tomando fotografías, detente a una distancia prudencial. Enciende de nuevo el motor cuando estes seguro de que no le estropearas la instantánea a su ocupante. No te acerques a animales peligrosos con el coche, y si transportas pasajeros, asegurate de que cumplan las normas de seguridad y cortesía con el entorno. Apaga radios, walkmans y disc mans... Si cualquier criatura salvaje se alterase por tu presencia, marchate de allí antes de forzarla a ella a moverse, ya que es peligroso que abandone su hábitat.

Nidos, sin molestar a las crias
Todo fotográfo ansía obtener la instantánea donde se aprecia a los polluelos de cualquier ave siendo alimentados por sus padres. Para ello, lo primero es informarse sobre cómo se realiza esa manutención y cuál es el comportamiento de los animales durante su crianza.
Lee libros que describen esa situación y consulta con grupos de estudio de la naturaleza antes de procurar ese tipo de fotografía. Lo idóneo será esconderse en un refugio (hide), que se vende al efecto, para no perturbar a las criaturas.

Ahora bien, no instales el escondite a ojos del gran público, para evitar que se sientan atraídos y perturben al animal. Procura no ser visto (ni el equipo) a través o fuera del refugio levantado, y no te acerques demasiado al nido o guarida. Desmantela el campamento si los padres de las criaturas no regresan en un tiempo prudencial para seguir alimentando a sus pequeños, especialmente en días muy fríos o calurosos.

Insectos y reptiles, cuando estén más inactivos
Lo ideal es fotografiar a estos animales en pleno campo, donde se reflejaría exactamente su vida, aunque también es aceptable capturar a estas especies para fotografiarlas en el estudio, siempre que se devuelvan a su hábitat original tan pronto como sea posible.
Antes, habrá de solicitar el permiso oportuno ante las autoridades medioambientales de la zona. Eso sí, el fotógrafo no debe poner nunca en peligro la vida de ninguna especie.
Lo mejor es fotografiarlas por la mañana temprano, a última hora de la tarde o cuando el tiempo es más fresco y ellas se encuentran más inactivas.

Mareas, geología y Botánica
Los animales que habitan y se desarrollan en el mar, tanto encima como debajo de las rocas, a merced de las mareas, desempeñan un papel definido en el ecosistema, y morirían si, tras retratarlos, no los dejamos tal y como los encontramos. En cuanto a las rocas, nunca debemos alterarlas aplicando sustancias para lograr una foto más espectacular o con mayor colorido. Las formaciones y los cristales de las cuevas tampoco se deben arrancar, romper o tomar del lugar donde se encuentran, ya que jamás volverían a ser restablecidas.
A la hora de retratar flores y plantas, evita pisotear su entorno, esos daños afectan a todas las especies del ecosistema. Nunca recojas flores salvajes o endémicas para fotografiarlas en el estudio: saca la instantánea en el entorno natural de la planta, aunque el resultado no sea perfecto en cuanto a luz.

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